¿Alguna vez te pasó que un perfume huele increíble en otra persona, pero en vos no termina de convencerte? Esto tiene una explicación científica: el pH de tu piel influye muchísimo en cómo se fija y se desarrolla una fragancia. Por eso, elegir el perfume ideal no solo es cuestión de gusto, sino también de química.
¿Qué es el pH de la piel y por qué importa?
El pH es una medida que indica qué tan ácida o alcalina es una sustancia. Nuestra piel tiene un pH levemente ácido (entre 4.5 y 5.5), pero este puede variar según factores como la alimentación, el estrés, la genética, los productos que usamos y hasta el clima.
Un pH más ácido o más alcalino puede hacer que un mismo perfume huela diferente en distintas personas. Incluso puede hacer que algunas notas se vuelvan más intensas, desaparezcan rápido o cambien por completo.
¿Cómo saber qué tipo de pH tenés?
No hace falta ir a un laboratorio. Si querés orientarte de forma casera:
Si tu piel tiende a resecarse, es probable que tu pH sea más alcalino.
Si sos de transpirar fácilmente o tenés piel mixta a grasa, tu pH puede ser más ácido.
También podés conseguir tiras reactivas de pH en farmacias para una medición más precisa.
Elegir perfumes según tu pH
💧 Piel con pH ácido (grasa o mixta):
Los perfumes muy intensos pueden volverse más fuertes aún. Probá con fragancias frescas, cítricas, florales suaves o acuáticas. Se adaptan mejor y no se alteran tanto.
🌿 Piel con pH alcalino (seca):
Es posible que las fragancias se evaporen rápido. En este caso, andá por perfumes más cálidos, amaderados, orientales o dulces, que tienden a durar más.
Tip extra: siempre probá el perfume en tu piel
Probalo en tu muñeca y dejalo actuar al menos 30 minutos. Ese tiempo permite que evolucione y te muestre su “verdadera cara”. Recordá que un perfume tiene notas de salida, corazón y fondo, y todas interactúan con tu piel.